martes, 27 de enero de 2015





En nuestra próxima lectura nos acercaremos a dos obras de la gran escritora Doris Lessing, uno de sus últimos libros “Las abuelas” (2003) nos invita a apreciar la lucidez de los 85 años de Doris Lessing como escritora y como mujer. Se trata de un libro compuesto por cuatro relatos independientes, iluminados por la experiencia de la vida, una obra que recoge los temas predilectos de Lessing: las consecuencias de la guerra, los conflictos entre generaciones, las contradicciones entre la ideología proclamada y el propio actuar, disecciona con gran maestría las insatisfacciones de la vida, el duelo, las diferencias de clase y de color de piel y las trampas del camino, el amor o las relaciones entre sexos.
Con Canta la hierba, su primera novela (1950) nos sumergimos de lleno en el África colonial, Lessing refleja su gran conocimiento de lo que está narrando, un gran despliegue de sentimientos que comparte con Mary Turner, así se llama la mujer que protagoniza la primera novela de Doris Lessing, una mujer peculiar reflejo de los sentimientos del hombre blanco de sus leyes y sus contradicciones.
Mary es hija de unos pobres granjeros que viven en la colonia británica de Rhodesia. Estos progenitores son todo lo que ella detesta, luchara para no terminar reproduciendo esa vida decadente, para ello se convierte en una joven urbana, trabajadora e independiente, sin embargo, las convenciones sociales la llevaran a tomar decisiones precipitadas, que la arrastran a un matrimonio sólo para acallar los rumores y encajar socialmente. Su vida como mujer casada girará al lado de un marido, casi desconocido, con poca visión para la agricultura y cuya granja está siempre al borde de la ruina.
A causa del hastío, la apatía hacia todo lo que la rodea y esa pobreza extrema que los lleva a vivir casi de manera “indigna para el hombre blanco” la conducen a la desesperación, aunque a veces parece más cercana a la locura, sea como fuere, Mary termina transgrediendo una de las leyes más importantes “para la defensa de la “civilización blanca” que jamás, jamás, toleraría que una persona blanca, y en particular, una mujer blanca, mantenga un trato humano, para bien o para mal, con una persona negra. Porque una vez que ceda en este aspecto, se desmoronará irremediablemente. Por consiguiente, fallos como el de los Turner eran de todo punto inadmisibles”.
Son los tiempos de la segregación racial y la historia, por supuesto, no termina bien.




Escritora inglesa, (Irán 1919- Londres 2013). Fruto de la unión de un antiguo oficial del imperio británico, que en la IGM sufre la amputación de una pierna y de la enfermera que lo atendía. Cuando contaba con seis años la familia abandona Irán para trasladarse a Rhodesia, hoy Zimbabue, atraídos por las promesas de lograr fortuna como granjeros en las colonias británicas de África. Abandonó los estudios a los catorce años, un año más tarde se va de casa huyendo del autoritarismo de un madre frustrada por no poder vivir como una fina dama inglesa en África “entre los salvajes”, sin embargo, seguirá formándose por su cuenta, halla consuelo en la literatura, que devoraba con ahínco. Contrae matrimonio en dos ocasiones, ambas fracasan pero fruto de los cuales tendrá a sus tres hijos.
El amor que sintió por África y su conciencia del problema racial serán las materias narrativas de sus novelas. El tema de la emancipación de la mujer, la participación en política y más tarde su desencanto revolucionario conformarán los otros ejes temáticos de su obra de ficción.
Además de haber obtenido el Premio Nobel de Literatura (2007), es una de las pocas autoras que atesora todos los grandes premios de la literatura en Europa, entre ellos, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (2001) o el Premio Médicis de Francia (1976).